Hughes, C. & Ensor R.
2009
En este capítulo se describen los hallazgos de un estudio longitudinal llevado a cabo con una muestra de 125 niños británicos de diversas clases sociales, a los que se evaluó cuando tenían 2 y 4 años. Los resultados confirman la importancia de andamiaje materno (definido como los apoyos que la madre da al niño/a cuando está haciendo una tarea con un objetivo concreto: repeticiones, correcciones, pequeñas ayudas, etc.) para las funciones ejecutivas de los niños pequeños (definidas como la capacidad de memoria de trabajo, de inhibición y regulación, de cambiar de una actividad a otra, de planificación, de mantenimiento de la atención, etc.). Los resultados también indican la importancia del aprendizaje por imitación y el efecto negativo que unas rutinas familiares desorganizadas tienen en el desarrollo de las funciones ejecutivas.
Los hallazgos sugieren que las crecientes capacidades de EF de los niños pueden ser potenciados de diversas maneras: por los esfuerzos conscientes de los cuidadores en el apoyo y la orientación de las actividades dirigidas a un objetivo (andamiaje), también ofreciendo modelos de imitación de como los adultos planifican estrategias para conseguir algo, o por medio del ejercicio de una parentalidad clara y consistente que permite a los niños predecir las consecuencias de sus acciones. Conviene intervenir lo más rápido posible sobre una situación familiar desorganizada o caótica que no hace sino frustrar los esfuerzos de los niños en el desarrollo de pensamientos y de acciones dirigidas a un objetivo. También es muy importante formar a madres y padres en las pautas y contenidos para llevar a cabo un andamiaje adaptado a la edad de niñas y niños para potenciar adecuadamente su desarrollo.